El sector inmobiliario es un mundo sometido a cambios constantes, renovaciones y giros de ciento ochenta grados. La nuda propiedad es un concepto que ha ido ganando fama durante los últimos años y hace referencia al derecho de posesión del título de una propiedad, pero no a su uso y disfrute. Este segundo derecho se conoce como usufructo y ambas partes en conjunto forman la plena propiedad de un inmueble.
El crecimiento de la venta de la nuda propiedad en los últimos años ha sido exponencial, sobre todo entre personas mayores de 70 años. Esto se debe a las múltiples ventajas que este modelo brinda tanto al vendedor como al comprador. Así que, si estás interesado en invertir en vivienda o estás buscando sacar rentabilidad a tu propiedad, probablemente te interese profundizar en este concepto.
¿Cómo se lleva a cabo la venta de la nuda propiedad?
El objetivo de esta operación es que un propietario tenga la posibilidad de vender su vivienda sin dejar de vivir en ella y recibiendo el dinero de la venta de una sola vez o de forma fraccionada, según se concrete. Al vender la nuda propiedad manteniendo el usufructo, además tener la posibilidad de seguir viviendo en su hogar, el vendedor también puede alquilarlo o ceder su uso a terceros.
Por otro lado, el comprador de la nuda propiedad no adquirirá el pleno dominio del inmueble hasta que se extinga el usufructo, lo cual puede darse por el fallecimiento del usufructuario o por cumplimiento de un plazo establecido.
¿A qué tipo de personas les interesa más este sistema?
En este apartado es importante distinguir varios matices. En cuanto a los vendedores, dentro de personas mayores de 65 años, lo más común son propietarios sin herederos y personas que buscan aumentar sus ingresos para mejorar su calidad de vida. También hay quien busca el bienestar de sus hijos y prefiere dejar un legado fácilmente divisible que no vaya a generar conflictos.
En otros casos, las personas mayores prefieren seguir viviendo en su casa en lugar de ingresar en una residencia y destinan el desahogo económico que supone esta operación en servicios de asistencia a domicilio, por ejemplo.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que, cuanto mayor es el pleno propietario a la hora de hacer la venta, menor es la reducción del precio sobre el valor de la vivienda que tendrá que pagar el comprador. Asimismo, el perfil de inversor que más se ve beneficiado por la compra de la nuda propiedad es el que busca rentabilidad a largo plazo garantizada.
Las principales ventajas de este modelo
Los principales beneficios para el usufructuario es que puede seguir viviendo en su hogar y recibir el dinero de la venta de forma inmediata y de una sola vez o a modo de renta vitalicia, según se negocie, y todo queda firmado ante notario.
El uso y disfrute de su vivienda queda garantizado para siempre. Además, también verá una reducción en los gastos de consumo destinados la vivienda como el agua, el gas, la electricidad, etc. El nudo propietario tendrá que hacerse cargo a partir de la firma del IBI (Impuesto de bienes inmuebles) y de las derramas extraordinarias.
Por su parte, los inversores cuentan con la excelente ventaja de adquirir un inmueble a un precio más competitivo. A pesar de ello y de no poder hacer uso de la vivienda, deberá hacerse cargo de los gastos relacionados con la propiedad que acabamos de mencionar.
Para finalizar, agruparemos las principales ventajas que benefician al usufructuario:
- No tiene que pagar los recibos de la comunidad ni derramas extraordinarias y el precio del seguro de la casa se verá reducido. Únicamente asume los gastos ordinarios de la Comunidad, facturas y la tasa municipal de residuos urbanos según su Ayuntamiento.
- Exención total en el IRPF en caso de que realice la venta de la nuda propiedad sobre su vivienda habitual.
Se eximen los gastos de la operación (honorarios de Notaría, Registro de la Propiedad y Gestoría…).
- Si desea dejar de disfrutar del uso de la vivienda puede alquilarla a un tercero o vender el usufructo al nudo propietario para que obtenga el pleno dominio.