Como representantes del sector inmobiliario, en Hausstar conocemos muchos casos en los que propietarios se ven obligados a buscar soluciones financieras que les permitan vivir de forma más desahogada o incluso afrontar situaciones difíciles. Cada vez son más populares las alternativas a la compraventa tradicional, como la nuda propiedad, la hipoteca inversa o el alquiler garantizado.
Sin embargo, no todo el mundo sabe que esta última operación, conocida también como «Sale & Leaseback», es la reporta mayores beneficios dentro de este tipo de estrategias. El objetivo primordial de una persona que se está planteando desprenderse de una propiedad es reforzar la tranquilidad de su futuro y la venta de una vivienda con alquiler garantizado permite obtener liquidez inmediata sin dejar de vivir en ella.
Esto se consigue mediante un acuerdo firmado ante notario en el que el vendedor pasa a ser el inquilino durante un tiempo acordado que puede ser vitalicio. Una solución ideal para quienes buscan una doble tranquilidad:
- Tranquilidad financiera: Además de recibir un anticipo por la compraventa, el vendedor disfruta de una renta mensual y fija durante el periodo que de alquiler.
- Comodidad y flexibilidad: El hecho de seguir viviendo en su hogar liberándose de las responsabilidades de ser propietario y con la ventaja de elegir el modelo de alquiler que más se adapte a sus necesidades.
¿Cómo funciona la venta con Alquiler garantizado?
Para entender como funciona esta solución alternativa es recomendable contactar con profesionales para analizar cada caso particular al detalle. Desde Hausstar garantizamos un trato personalizado y ofrecemos precios justos y competitivos, basándonos siempre en estudios de mercado y análisis realizados por profesionales del sector.
El único requisito necesario para poder realizar este proceso es tener una vivienda en propiedad. Realmente, no es un producto focalizado únicamente en personas mayores ni en viviendas con cierto valor de mercado, aunque muchos ejemplos compartan estas características.
Después de firmar el acuerdo de arrendamiento con el nuevo propietario, el vendedor tiene la posibilidad de definir distintas opciones de plazos, generalmente de cinco a diez años, y se suele incluir la posibilidad de renovar al final del contrato. Cuando se definen todos los detalles se entrega un anticipo de la venta de la vivienda, liquidez inmediata que permite al nuevo inquilino complementar su pensión, invertir en nuevos proyectos o en necesidades personales.
Principales beneficios y características:
Partiendo de la base de que esta táctica inmobiliaria permite a los propietarios vender su vivienda al mismo tiempo que firman un contrato de arrendamiento con el comprador, algunas ventajas están bastante claras. Lo primordial es el hecho de obtener capital líquido sin la necesidad de abandonar su hogar con unas condiciones de alquiler acordadas de antemano, pero hay mucho más:
Proceso de formalización gratuito:
Tras finiquitar los detalles iniciales, lo único que ha de pagar el vendedor es el Impuesto Municipal de Plusvalía. Por su parte, el comprador asumirá la mayoría de los gastos, como la notaría, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, etc.
La tranquilidad de la garantía legal:
Al tratarse de un contrato de compraventa firmado ante notario público e inscrito en el Registro de la Propiedad, la venta con alquiler garantizado es una operación respaldada con todo tipo de garantías legales.
Uno de los mejores precios por la venta:
La inyección de liquidez que supone la venta con alquiler garantizado, así como la renta mensual, suelen ser superiores a la que se reciben a través de estrategias similares como la venta de la nuda propiedad o la hipoteca inversa. Un momento perfecto para que el vendedor disfrute de su jubilación sin preocupaciones, deshacerse de sus cargas financieras o explorar nuevos proyectos.
Adiós a los gastos de la propiedad:
El recién nombrado arrendatario de su hogar de toda la vida se podrá olvidar de ciertos gastos del mantenimiento del inmueble ligados al propietario. La cuota ordinaria de la comunidad, las derramas extraordinarias, el seguro de la vivienda o el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) ya no serán responsabilidad suya.
Un tratamiento fiscal inmejorable:
Si la formalización del contrato es realizada sobre una vivienda habitual, el vendedor tampoco tendrá que hacer frente al pago de ciertos impuestos por el incremento del patrimonio en el IRPF.