Como pilares de una “revolución tecnológica” del mercado del ladrillo, los objetivos marcan un impulso de la democratización y la transformación digital. En España, la inversión tradicional en propiedades, a pesar de ser un terreno fiable históricamente, se compone principalmente de operaciones que suelen requerir grandes patrimonios para ser llevadas a cabo.
En este panorama surge el concepto “proptech” atendiendo a estas fórmulas emergentes capaces de aprovechar nuevos formatos y tecnologías actuales para una mejor gestión de nuestros recursos en la industria inmobiliaria. Cabe destacar que España es uno de los países de todo el mundo que más invierte en este sector, únicamente superado por los Estados Unidos.
La rentabilidad en alquiler
Hoy en día existen compañías capaces de identificar en qué áreas resulta más rentable invertir basándose en el “big data”. Este concepto hace referencia a ciertos bancos de datos elaborados mediante estudios que valoran factores como la tasa de esfuerzo de alquiler, la evolución demográfica, la tasa de crecimiento o de desempleo, etc. Gracias a estos datos los inversores pueden prever el riesgo de impagos, una futura evolución de precios fidedigna en cualquier zona concreta o la liquidez de su inversión.
Aunque sea en ciudades grandes como Madrid y Barcelona donde se registre el grueso de las operaciones inmobiliarias del país, no es donde mayor rentabilidad se puede encontrar si tenemos en cuenta factores como el riesgo de impago, la liquidez o la pérdida de valor. Esto se debe en gran medida a los elevados precios de los inmuebles en comparación con otros barrios de algunas localidades de España.
La copropiedad inmobiliaria
Esta tendencia es muy apropiada si nos paramos a pensar que la industria del ladrillo es responsable de casi el 40% de las emisiones de y más del 35% de la energía global del planeta. La inversión inmobiliaria responsable es una forma de avanzar que casi podríamos considerar una obligación.
La copropiedad se propone como una alternativa al modelo vacacional tradicional que deja tantos inmuebles en desuso durante una buena parte del año. Mediante una sociedad, personas interesadas en comprar una segunda residencia se pueden convertir en socios copropietarios.
Por supuesto, el funcionamiento de este tipo de sociedades está regulado y la ocupación de un inmueble está sujeta a ciertas normas. En resumen, los copropietarios pueden disfrutar de cuotas mensuales más asequibles, de un encargado del mantenimiento y distribución del uso de la propiedad y del derecho a disfrutar de la vivienda durante más de 40 días al año.
El crowdfunding inmobiliario
Por último, hablaremos de esta fórmula que consiste en la puesta en contacto de pequeños y medianos inversores para la financiación de un gran proyecto. Actualmente hay diversas plataformas de financiación participativas que permiten a inversores llevara cabo sus proyectos inmobiliarios.
Este formato beneficia tanto a inversores como promotores debido a la facilidad y agilidad de recaudación y permite que se pueda interactuar entre todos de forma sencilla y online. Como punto flaco, cabe destacar que este tipo de formatos no suelen permitir la desinversión inmediata y en ocasiones es necesario inyectar más capital del estimado.
Sin lugar a dudas, estos términos van a ir haciéndose cada vez más populares en España y otras propuestas proptech seguirán surgiendo para transformar el mercado en algo más avanzado y moderno. En Hausstar nos gusta estar al día y a disposición de nuestros clientes para cualquier tipo de dudas relacionadas con el sector.