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El sector de la vivienda está en constante movimiento. Es un ámbito con vida propia que fluctúa y cambia continuamente dependiendo de diferentes factores como la oferta, la demanda, los precios, la situación económica del país, el nivel de empleo, etc. Con esto en cuenta, si echamos la vista atrás, vemos que España ha sufrido varias etapas de crisis y ha enfrentado situaciones complicadas como la reciente inflación o la pandemia mundial. A pesar de ello, algunos expertos analistas de economía afirman que estamos cerca de vivir un momento de prosperidad en el mercado inmobiliario, ¿están en lo cierto?

Según estas predicciones, toda persona que esté tratando de adquirir una propiedad debería decidirse pronto ya que estamos a las puertas de un periodo equiparable a las mejores etapas del sector del ladrillo, siempre y cuando no ocurra algún desgraciado acontecimiento.

Por supuesto, todo en esta vida tiene una explicación y, en este caso, la presumible bonanza se debe a causas como la escasez de obra nueva que aumenta la demanda de segunda mano y la bajada de los tipos de interés. El aumento de crédito por parte de entidades bancarias, la llegada de población extranjera o la transición de inquilinos a compradores también han favorecido esta situación, que tampoco sería posible sin una estabilidad económica de fondo. La mejor noticia es que todas estas condiciones son distintas a las que se dieron durante la burbuja inmobiliaria, por lo que no debería repetirse.

Los factores que propician el impulso inmobiliario

La escasez de obra nueva frente a la venta de segunda mano:

Durante los últimos años hemos visto crecer las ventas de viviendas de segunda mano en todos los sentidos, sobre todo en comparación con la creación de vivienda nueva. Esto es más sorprendente si tenemos en cuenta la demanda que existe en el mercado.

En 2022, todavía con los intereses bajos, se registraron unas 640.000 ventas de inmuebles de segunda mano en España frente a los 77.000 nuevos, una relación muy diferente a la de cualquier año de la década anterior. Durante el año pasado todavía se vendieron menos viviendas de obra nueva, alrededor de 60.000, y se estima que 2024 se cerrará con algo más de 70.000. La demanda de vivienda nueva en España ronda las 250.000 construcciones y, al no verse cubierta, es la segunda mano la que se ve beneficiada.

Los tipos de interés y los créditos bancarios:

Durante 2023 se produjo la subida de los tipos de interés más rápida en décadas y esto ha provocado que mucha gente se lo piense dos veces antes de pedir una hipoteca. La banca, por su parte, ha decidido actuar con precaución y se ha limitado a ofrecer crédito únicamente a los perfiles que consideran mejores.

Sin embargo, la morosidad no se ha incrementado y las entidades bancarias más importantes de España han visto crecer sus beneficios debido, en gran parte, a esta subida de los intereses de las hipotecas. Los bancos quieren seguir superando los resultados años anteriores, por lo que, seguramente, concederán más créditos en cuanto el Banco Central Europeo baje los tipos de interés y esto es algo favorable para el mercado inmobiliario.

No hay que olvidar que las pequeñas cajas de ahorro pueden ganar volumen de negocio a base de ofrecer hipotecas de hasta el 100% del valor de la propiedad. Por último, cabe destacar que los expertos prevén que durante el último tramo de 2024 las hipotecas fijas ronden el 2% de interés, y las variables cuenten con diferenciales del 1,25%. 

Un férreo mercado:

Un claro indicador de cómo se está reforzando el sector inmobiliario es el aumento de transacciones sin hipotecas. En 2023 este número se incrementó en 20.000 operaciones. A pesar de ser un punto bajo para mercados históricamente fuertes como Estados Unidos o Alemania, en España está funcionando.

Los salarios y los puestos de trabajo están mejorando, el turismo sigue viento en popa y nuestro país es uno de los tres que más han crecido en la Unión Europea. No es de extrañar, entonces, que haya población extranjera tratando de trasladarse a España, otro de los puntos clave para el futuro a corto plazo de nuestro mercado inmobiliario.

Con una media de unas 500.000 personas por año, nuestro crecimiento poblacional se asemeja al que había antes de la burbuja inmobiliaria y así va a seguir siendo. Esto no solamente implica más puestos de trabajo, sino que, al elegir España como residencia, aumenta la demanda de vivienda.

La postura de los profesionales del sector

Desde Hausstar creemos que actualmente la mejor opción es centrarse en las viviendas de clase media-baja. Este tipo de inmuebles pueden venderse fácilmente en un periodo de unos tres meses si cuentan con el precio adecuado y no necesitan tantas visitas como otros.

Por otro lado, algo que tiene muy preocupado a los propietarios es la alargada sombra de la burbuja inmobiliaria que estalló a comienzos de siglo. Si en algo coinciden la mayoría de profesionales del mundo inmobiliario, es que no se va a dar otro caso de burbuja inmobiliaria.

En primer lugar, los bancos cuentan con más depósitos que créditos y esto se traduce en un mayor número de préstamos. Además, no necesitan financiación de otros países y el mercado funciona sobre ruedas, por lo que no hay peligro. Nosotros recomendamos consultar cualquier tipo de duda con nuestros profesionales, ya que guiamos y aconsejamos a nuestros clientes en cualquier situación y es el momento perfecto para negocios de esta índole.

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